miércoles, 11 de agosto de 2010

¿Pertenencia?



Ayer me quedé en casa y no fui a la obra. Decidí hacer uso de mi derecho al franco y me quedé haciendo un poco de fiaca. De paso aproveché para ver unos “negocios” que estaba desatendiendo.
                Por la mañana y antes de que sonara el despertador, un rayo de sol golpea  mi ojo derecho, invitándome a tomar unos mates el patio… no le di bola y seguí durmiendo un poco más. Una hora después me acordé de la invitación y me fui con Amélie al patio, yo con mates y ella con balanceado que les convidaba a unos pajaritos que se acostumbraron  a comerle la comida del platito.
                Cerca del medio día fuimos a la ferretería a comprar pintura para pintarle la cucha. Y cuando hice media cuadra me golpeó un aire familiar, una sensación pasada… por un instante recordé las mañanas que pasé en Neuquén cuando trabajaba midiendo terrenos para Catastro, pero que en realidad era una gran excusa para disfrutar del aire patagónico. Respirar ese aire, ahora en Corrientes, fue una experiencia gratificante sobretodo porque en estos días cumplo ya dos años de residencia acá en Curuzú y es una de las primeras veces que digo:_ “está lindo el pueblo”  y es verdad, tiene eso que no tienen muchos lugares. Tal vez sea la costumbre o lo que no pude hacer antes y ahora lo estoy concretando. Tal vez sean las compañías y la falta de soledad. Tal vez yo me considero un solitario, siendo en realidad una persona completamente dependiente de otra. Al fin y al cabo me gusta desconocerme, es imposible autoconocerse, por suerte eso no existe.
                Hace dos años que estoy por estos lugares y es la primera vez que me siento parte del mismo. Desde que pude empezar a recorrer, traté de buscar lugares, buscar pertenencias… y siempre la fuerza de gravedad de las montañas me atrajo mucho. En 2008 estuve trabajando dos meses en La Rioja y ya estaba buscando un terreno para comprar. Pero donde estoy ahora es absolutamente todo lo contrario, pero tiene eso… eso que solo se ve con el paso del tiempo y creo que lo estoy descubriendo. Es la primera vez que estoy empezando a sentir pertenencia. Eso es peligroso.
                Es peligroso porque a veces siento que estaría bueno agarrar algunas de mis porquerías, cargarlas en la bici e irme a recorrer el mundo… sin lugar alguno para la pertenencia. Alguna vez lo haré, pero por ahora creo que si lo hago será en mis vacaciones.
                Cuando recién pise suelo correntino lo primero que hice fue poner internet en casa, para buscar información y empezara a armar una “hoja de ruta” de mi inminente viaje en bici… todavía tengo internet y la uso para buscar información acerca de qué negocio puedo hacer acá… y eso echa raíces guste o no.
                Pero no quiero hablar de lo que puede llegar a venir, sino de lo que sentí ayer al quedarme en casa. Fue una sensación rara, porque generalmente estoy en la obra y solo los domingos  me quedo en el pueblo, así que fue una mirada distinta al pueblo, a su gente y vida. No digo que voy a tomar mate úlceramente alamrgo tooodo el día, ni voy a escuchar Chamamé y estar a los “sapuchai” limpios por ahí. Sino lo que quiero decir es que no está tan mal el pueblito y que por ahora es el único lugar al que me animaría a plantar un árbol para ver cómo crece.



No hay comentarios: