martes, 25 de agosto de 2009

Angustia andina

Hoy tuve un síntoma que los expertos llaman “angustia andina”. Se trata de un lapso de tiempo que transcurre entre recuerdos, esperanza, deseos y sobre todas las cosas… una terrible mariconeada cuando veo por la ventana y observo el fondo de la casa de mi vecino… y cuando llego al trabajo y veo por la ventana de mi oficina maquinas viales que van y que vienen, una planta de asfalto, una montaña de piedra triturada y una solitaria palmera que no entiende que esta haciendo ahí.
La “angustia andina” se remonta a los mejores momentos de mi vida (por ahora) vividos, evidentemente cerca de la montaña. No se trata de una filosofía bohemia ni media Hippona de amor y paz. Sino que se trata simplemente de anhelar un futuro pensando en el pasado.
Cuando escalaba con equipo prestado pensaba en lo bueno que seria poder tener equipo propio… hoy lo tengo pero esta guardado; cuando usaba botas de trekking que me había regalado un puertorriqueño que dictó un curso de rescate en Mendoza (curso que pague con plata prestada), pensaba en lo bueno que seria poder tener botas de trekking nuevas… hoy tengo unos cuantos pares que uso para estar todo el día en la obra; cuando se me cayo por una grieta mi camarita Cannon de 35mm que usaba rollos!!! Pensaba cómo haría para poder comprarme una cámara nueva? Hoy tengo mi Réflex Digital de 10.2 megapíxeles con lente 18-55 y todos los días veo el amanecer pero no le saque ninguna foto todavía; cuando junté plata y me compré una brújula y una carta topográfica para explorar unas montañas en San Juan y pensaba lo útil que sería tener un GPS… hoy tengo un GPS que usé una vez para ir de Bs. As a La Rioja por trabajo y ahora lo uso para marcar puntos en la obra; cuando me frustré por no haber podido juntar el dinero para irme de expedición con unos franceses a unas cuevas al sur de Chile… y ahora les deseo suerte a mis ex colegas espeleólogos por Internet porque no tengo tiempo ni siquiera para verlos antes de que salgan de viaje; cuando un día me puse a enumerar las cosas que me harían mas feliz y hoy que las tengo me gustaría contar con aquello que perdí y que realmente me hacía feliz… el tiempo.
La vida es cruel… pero te da oportunidades y cada uno termina por formar su propio destino. Por lo menos es lo que a mi me pasa. Al segundo año de mi vida profesional tuve la oportunidad de elegir entre topografía (lo que estudié) y la montaña (lo que me daba tantas alegrías). Estaba cursando en Córdoba unos talleres para ser Guía de Turismo Alternativo en la provincia. Paralelamente trabajaba de topógrafo… lo único que guío hoy en día es por donde va el camino…
Ya era la segunda vez que escogía. La primera terminé un mes explorando cuevas en la precordillera, conocí 6 provincias y estuve tres años sin trabajo. Creo que la profesión se merecía una oportunidad. No me arrepiento porque no estoy ocho horas en una fábrica ni cinco en una oficina del centro. Estoy diez horas en una Obra a 700 Km. de mi casa.
Que quejón que estoy!!!!! jajaja. Debe ser que me estoy poniendo viejo.
Tengo que tener paciencia nada más. Esperé cinco años… puedo esperar uno y medio mas hasta que termine la obra y ver que decido. Tal vez me vaya de viaje en bici, tal vez me ponga a estudiar, tal vez me enamore y me case… (NO) o tal vez haga todo eso junto o nada, porque tal vez me muera antes. Me gusta la incertidumbre. No tener certeza de la que va a pasar en el futuro es algo así como vivir la aventura que me negué a mi mismo cuando elegí el camino profesional en lugar del vocacional.

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